Una infraestructural vial será adecuada, segura e inclusiva en el tanto que logre INCREMENTAR LA SEGURIDAD de los usuarios más vulnerables: peatones, ciclistas, discapacitados, niños, adultos mayores, ciegos y muchos otros ciudadanos que ven peligrar sus vidas diariamente en las calles de nuestro país.

La INVERSIÓN EN VÍAS PÚBLICAS debe ser destinada a solventar los problemas que puedan ser causa directa o indirecta de siniestros de tránsito y dotar de los componentes imprescindibles a toda calle pública: calzada para vehículos automotores, ciclovías, espaldones, caños, cordones, aceras, señalización vertical y horizontal, zonas verdes y de estacionamiento.

Las políticas de los gobiernos de turno deben exigir que todos los proyectos de vías públicas terrestres por construirse cuenten con estos componentes.

Las propuestas de infraestructura deben proporcionar el espacio idóneo para todos: el tránsito adecuado para los automotores y su estacionamiento de manera lineal –cuando se pueda- en frente de los inmuebles, áreas de esparcimiento, deporte y recreación para los peatones, zonas seguras de paso peatonal, ciclovías, obras urbanísticas y de paisajismo, etc.

Las leyes de nuestro país estipulan que todos los proyectos de vías públicas existentes y por construirse deben contar con componentes de seguridad vial, por lo tanto es hora que nuestras calles sean adecuadas, seguras e inclusivas para todos los usuarios de las vías públicas, pero en especial, para los más vulnerables.